miércoles, 19 de noviembre de 2014

Querido A

Un alma perdida, loca enamorada en acto, que no sabe si algún día podrá reencontrarse con ese algo al que Aristóteles llamaba potencia.
Esperamos la verdad hasta que nos mienten, pretendemos cambiar aquello que no nos gusta hasta que nos damos cuenta de que las personas solo cambian por si solas y a su libre albedrío.
Sin contar contigo, aunque seas esa persona que tanto dice querer. Aunque seas la mayor promesa que se había hecho y a la vez la gran mentira que hizo romper su promesa.
Tenemos miedo a la prudencia, ese término medio dentro de cada uno de nosotros entre dos extremos viciosos que tanto nos gustan a los adolescentes, que tiran tanto que al final acabas rindiendote a sus pies sin pensar a penas en las consecuencias que ocasionarás a esa chica que tan solo te necesita en potencia.