Andamos, seguimos, y con nuestro avance, vamos creando nuevas experiencias, nuevos mundos que sin quererlo nos siguen cambiando.
Y es que cuando te quieres dar cuenta, miras hacia atrás y ya no queda nada del que eras al principio del camino, ya no te reconoces ni tú.
Nunca olvides quién eres, ni de dónde has venido.