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No sabía si tenía ganas de volar o de caer y no levantarse nunca más. No sabía si quería volar o si quería seguir durmiendo y al despertar sentir que todo había sido un mal sueño.

Estaba 100% segura de querer retroceder pero 101% de que no podía, de no poder cambiar aquello de lo que tanto disfrutó sin pensar en las consecuencias.

Y con las ganas se fueron las promesas, las mentiras, lo sueños, el futuro, y se quedó la puta realidad que no deja dormir ni estudiar. Se quedó todo lo que sabía que quedaría. Se quedaron los recuerdos, las imagenes y los sueños sin cumplir. Se quedó tu olor en mi cama y esas ganas de quererte que no consigo borrarlas de mi cabeza. Se quedó tu esencia, pero tu ya te habías ido.